por ver los faisanes acorralados
las humillaciones y el olvido
Con una bolsa de pena acompañada
con desesperación
que no termina
despidiendo los sonidos de alegría
Tanta luz, tanto hielo, tanta nada
entre las manos y la noche
y salen al camino las ortigas
que cubren pueblos, cementerios
sintiéndose camaradas de uno mismo
La madre del miedo espera y calla
sella los labios, endurece la estepa
buscando justicia que retumba en el vientre
esperando el alimento del día digno,
y…cuando la oquedad es grande
cierran sus pétalos abrasados
…abrasados por el infortunio